Subiendo desde Sama de Grado por una pina pista, pasamos por la casería La Corredoria, y se llega a lo que el Ign llama Cerro la Armada, donde hay cuadras y cabañas, unas en pie y otras no, y la joya etnográfica que se adjunta, en forma de carro con ruedas de chaplón. Bajando llegaremos en poco a Buanga o Guanga, que fue una hermosa casería con pradera, y a la que han estropeado completamente. Cerca se hallan las bonitas cascadas y la peña
Castiello, que tuvo fortaleza en época medieval y fue una de las plazas fuertes
del conde Gonzalo Peláez, que se alzó varias veces contra el rey Alfonso VII,
que lo sitió sin resultado en este mismo lugar. El tal conde murió desterrado
en Portugal. Del castillo dicen que queda un túnel que se utilizaba como
entrada secreta. Si volvemos por la ladera que se halla bajo la Sierra de
Buanga nos veremos en dificultades de girar hacia Sama, hay que coger un
caminín muy malo -caballo ofrendado a algún dios local de buen diente, de por
medio- que pasa por las fuentes del riachuelo Buanga, y sale hacia Santana,
otra casería abandonada, adonde llegaremos saltando prados y utilizando el
machete, y de ahí ya hay camino a la collada.
Fantástica soledad y de ahí que la mala trocha mantenga esto alejado lo suficiente para no ser de interés ajeno, supongo
ResponderEliminarPor si fuera poco, ese carro biga...y luna, es más antiaéreo que chirrido atronador. Una foto estupenda, incluso todas.
Por si fuera poco a mí me recuerdan cierta aldea algo escondida que se encuentra en la nada raiana, siendo única y genuina la casa; lo malo es que podía raiar la autarquía.
De la explicación es favor todo lo dicho y bueno
[Hablando de Sama, y de Langreo o ambas...Me acuerdo y me veo lanzado bajando El Campo, a tumba abierta, cuando rapaz y mozo sin frenos hasta parar en una contracuesta que me vino de perlas. Uff, todo quedó en nada, sólo los ferodos ardiendo y el de transmisión, el árbol, girando en redondo para ralentizar la muerte. Finalmente el control y la destreza aprendida a golpe de segundos eternos me condujo al llano y hoy a explicarlo. Aún doy gracias a Freud y del ego al súper...]
BreveSaludoS
Algo de interés hay, en forma de cartelín de No pasar en la casería de Buanga, y del uso indiscriminado (pero cómodo para el que lo hace) del alambre de espino por todas las murias, eran mucho más humanas y adecuadas al ambiente las de piedra, las podías saltar, aunque a veces te esmorraras...
ResponderEliminarPara eso hizo Dios los frenos, que diría House.
Saludos